Agonicé la primera vez, cuando el proyecto era completamente nuevo y representaba un desafío especial (sigue siendo un desafío ahora pero de otra índole); pero tuve el premio de que a todos los interesados les gustara esa temprana escaleta.
Agonicé la segunda vez, cuando la entrada de una nueva compañía productora y ciertas reticencias del protagonista, me llevaron a tener que reescribir ese primer draft.
Y ahora agonizo la tercera, cuando la aparición de una competencia autoral, traída por la nueva compañía productora, me lleva a tener que volver al material, esta vez en el papel de contendiente.
Volver al material... ¿cómo? ¿Desde donde? ¿Cambiando qué y conservando qué?
Buenas preguntas... para las que suele haber poca respuesta. Externa, por lo menos.
A veces, en casos así, me siento un poco jugando Punto y Banca. Sin un rumbo fijo, somos simples puntos tratando de derrotar a la todopoderosa banca.
Lo que las instancias de producción quieren del proyecto, sigue siendo lo mismo que al principio. Lo que no les gustó de las dos primeras versiones, no está claro: se trata, cuanto mucho, de un "sentimos que la cosa no pasa por ahí". Una preguntilla: ¿por qué no pasa por ahí? ¿Cómo buscamos un camino nuevo si no sabemos por qué es erróneo el que tomamos antes?
Azar. Una banca y un dealer que revolean fichas como si no supieran de qué se trata el juego. Carta: me gusta esto y aquello. Carta: pero esto de aquí sí y aquello no. Carta: ¿la solución?, sencillo, saca lo que no nos gusta, y reemplazalo por otra cosa. ¿Cual cosa? Bueno, si eso no lo sabes tú, que eres el autor... ¡joder!
Joder, digo yo también, mientras escribo por tercera vez. No es que los pilotos no den trabajo, lo dan y en cantidad... ¿pero no sería más claro y más sencillo si todos supiéramos a dónde vamos, en vez de confiar tanto en el ensayo y error?
Sigo tecleando, a ver si con este intento le hago morder el polvo a la Banca.
2 comentarios:
Si me permitís, capaz que tenés que salir del "poca ayuda del exterior". Cuando enfrento problemas similares de inmediato hago una ronda telefónica de "amigos/amigos" que además son guionistas. Sé que son generosos, que hacen devoluciones sin medir cuál uso haré de sus talentos. Más luego, si no alcanza, sigo pidiendo ayuda. El método es enriquecedor, no sólo porque uno repite la historia mil veces y la va adornando para generar empatía, si no porque suma energía positiva (todos quieren que consiga el trabajo, malhumorada soy insoportable... jaja)Y después que está redondito en la cabeza, de nuevo al papel... Abrazo y mierda. Marisa.
Hola Marisa! Cuando me refería a "ayuda externa", en realidad quería decir "claridad por parte de los productores". De todas formas, vale tu consejo, aunque con los pilotos suelo ser bastante testarudo... me encierro y hasta que no lo resuelvo, no salgo ni hablo con nadie... un verdadero nehandertal, jejeje.
¿Este martes a las 18 hs es la reunión en Argentores, no?
Un beso
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