viernes, 17 de diciembre de 2010

STORYTELLERS: ADRIANA LORENZÓN

A mitad de este año, este blog se vio enriquecido con una serie de entrevistas a autores de primera línea de nuestro país. La propuesta se llamó Storytellers, y consistió en un mismo cuestionario contestado por todos, para poder así comparar los distintos enfoques. Pasaron por Storytellers en su primera edición Pablo Lago, Marta Betoldi, Mario Segade, Esther Feldman Marcos Carnevale.
A partir de hoy, retomamos la sana costumbre con una segunda tanda de autores que nos acercan sus respuestas.
La primera invitada de este nuevo Storytellers es Adriana Lorenzón.
Adriana, que se encuentra próxima a estrenar dos tiras, El Elegido, con Pablo Echarri para Telefé, y Sr. y Sra. Camas, con Florencia Peña y el Puma Goity para Canal 7, tiene una larga y exitosa carrera a sus espaldas: desde Apasionada, junto a Celia Alcántara, hasta Por Amor a vos, con Jorge Maestro, pasando por éxitos como Los Roldan, Montecristo, Costumbres Argentinas y, hace poco, el guión de la exitosa película Gaturro.
Los dejo entonces con la visión de Adriana sobre el oficio y arte de guionar.



1. ¿Cómo vencés a la hoja en blanco?
Con coraje, pasión y alegría… Nunca me enfrento a la hoja en blanco de una, empiezo a garabatear cosas en mi mente y cuando las tengo mas o menos claras las voy bajando al papel. Tacho y reescribo, empiezo de nuevo varias veces hasta llegar a la idea que mas me  convence. Me gusta escribir en papel. Tengo cuadernos para distintas cosas y lapiceras diferentes. Uso colores, fibras, lápices… Trato de divertirme y cuando mas o menos tengo claro lo que quiero contar, entonces edito en la computadora… Me resulta mucho mas intimidatoria una pantalla en blanco que un papel en blanco. 
2. ¿Qué preferís, los géneros o las historias?
Creo que van de la mano. La historia es el qué, género es el cómo. El género define el tono, el ámbito, el elenco… Creo que una gran historia contada en el género indicado es una combinación perfecta y también creo que con una sola de las dos cosas no se hace nada. Las buenas historias en un marco inadecuado corren el riesgo de quedar por la mitad. Particularmente soy amante de los géneros mas bien puros aunque muchas veces la necesidad de sumar cantidad de público hace que la gama de géneros dentro de un mismo programa se amplíe hasta límites que son perjudiciales para el producto. Por supuesto es mucho mas fácil contar con esa amplitud que en el género puro porque las reglas son mas estrictas pero a mi me gusta respetar esas reglas, creo que el espectador lo agradece. 
3. Ronald Moore dijo que “una serie de televisión es una historia sobre un grupo de gente. (...) El concepto es seguir a esta gente, no a los eventos”. ¿Cómo construís la relación personaje/trama?
Bueno, la manera de seguir a esa gente es a través de los eventos, justamente. Creo que la televisión es el reino del personaje, más que de la trama pero en una buena trama el personaje se luce. De nada sirve tener un gran personaje viviendo eventos que no están a su altura porque a la larga terminan aburriendo o quedando demasiado “declamatorios”. No está bueno cuando un personaje avisa o reflexiona sobre un hecho importante. Está bueno que lo viva. Conflicto más conflicto más conflicto… y el conflicto se cuenta a través del evento.  Uno planta a los personajes y van a evolucionando a medida que recorren la trama y se enfrentan a los distintos conflictos. Me parece que el desafío es no hacer que una cosa se coma a la otra. Sobre todo se trata de sostener  un delicado equilibrio…. 
4. ¿Cuáles son tus 5 reglas más importantes a la hora de estructurar?
Mis 5 reglas coinciden con las reglas de la acción dramática. Equilibrio, factor desequilibrante, desequilibrio, factor reequilibrante,  reequilibrio.  Una buena estructura implica un recorrido a lo largo del capítulo, con las estaciones justas y haciendo las paradas necesarias. Lo más importante es sostener la atención del público y no excederse en explicar lo que ya se vio. Es la tarea más difícil en el proceso de escribir un guión. La estructura es como armar un rompecabezas poniendo cada escena en su lugar, de modo tal que si uno saca una, se desarma todo. Cuando eso sucede, es que se tiene una buena estructura. Si  en cambio se puede sacar una escena o cambiarla de lugar y nada se modifica es que hay problemas… Vale decir que una buena estructura es aquella que cuenta un cuento con principio desarrollo y fin  (abierto o cerrado) según la continuidad con que uno esté contando. Una buena estructura es aquella que permite que al dia siguiente de ver el programa uno pueda hacer una síntesis en tres líneas para contárselo a otro. “ De que se trato el capítulo de ayer…?” “De tal cosa y tal otra y tal otra…” Ese mismo resumen debería ser la premisa de nuestro capítulo a desarrollar… 
5. ¿Cuáles son las preguntas más importantes que te hacés interiormente antes de escribir una escena, para que sea realmente dramática y no solo pase información?
Trato de visualizarla y muchas veces hasta ponerme en la piel del personaje. Creo que los guionistas somos un “canal de transmisión” entre lo que el personaje tiene ganas de decir o vivir y lo que la gente tiene ganas de ver. Mas que preguntas, lo que hago es entregarme a la escena. Dejar que las ideas fluyan e ir ordenando al mismo tiempo la información. No es diferente a lo que siente el actor cuando interpreta una escena. El también es un canal. Muchas veces las interferencias hacen que esa transmisión sea mas complicada pero hay que esforzarse por conectar de todos modos y sobre todo, dejarse llevar por esa energía maravillosa que transmiten los personajes a través de los conflictos, de las palabras… son momentos únicos. 
6. David Mamet dijo “si hacéis que los personajes no puedan hablar, y escribís una película muda, estaréis escribiendo un gran drama”. ¿Qué opinas de esta afirmación?
Que está muy bien para el cine pero la televisión es 60% palabra y 40% imagen. La gente hace mil cosas mientras mira la tele, no está concentrada en la pantalla salvo cuando sucede algo que realmente le importa y “no puede dejar de mirar”, un beso, una discusión, una escena de sexo. El público se entera lo que va sucediendo a través de lo que hacen los personajes pero mas a través de lo que dicen.  Eso no significa que un programa no deba ser bien contado en imagen, cuanto mas bello, mejor, siempre pero…. No es celuloide…. Es televisión. 
7. ¿Cuáles son los principios que hacen de un diálogo, un gran diálogo?
El diálogo es un capítulo aparte…! Sobre todo porque es muy subjetivo lo que a cada uno le gusta escuchar o lo que cada uno tiene ganas de decir. De una forma u otra, lo importante es que el diálogo “diga” algo y mucho más importante  aún es que ese diálogo exista. O sea, que los personajes “se comuniquen” entre si hablando como habla ese personaje y ningún otro que esté a su alrededor. El diálogo es un arte exquisito y no siempre sale bien. A mi me causa gracia cuando en los equipos autorales se llama para dialogar al que menos experiencia tiene. Error..!!!! El diálogo es la síntesis de todo lo que estamos contando y hay que saber dialogar muy bien para que la escena quede como debe quedar. El dialogo es fundamental. Pero volviendo a la pregunta, creo que un gran diálogo es aquél en el que no se escucha la voz del autor sino la del personaje, al igual que una gran escena realizada es aquella en la que no se nota que hay una cámara y directores detrás de ella.  Aquella en la que uno termina confundiendo al actor con el personaje y todo se vuelve algo único. 
8. ¿Qué situaciones del oficio de contar crees que atentan contra el arte de contar? 
Definitivamente cuando se coarta la libertad creativa.  Aun presentando una idea original, la opinión del productor o incluso de los realizadores va deformando lo que el autor quería contar en una primera instancia. Como no se puede decir que “no” a todo, uno va accediendo a los cambios hasta que pierde de vista su premisa original. Es muy difícil tratar de resguardar el argumento de todos los avatares que implican las “devoluciones”. Es claro que los que escribimos televisión debemos acostumbrarnos a este intercambio de opiniones que tal vez no sufre el autor de literatura o el de cine. Sin embargo, las cosas se pasaron de la raya. Siento que los guiones son demasiado vulnerables y no hay ningún tipo de contención para el autor, como si no se lo considerara un artista.  Es muy difícil hacerle entender a un productor o a un actor que debe limitarse a darle forma a eso que está escrito. La tendencia es que cada uno le de su propia forma y el autor deba adaptarse a eso sí o sí. Muchas de esas opiniones suelen ser gustos, puntos de vista o incluso caprichos. Cada vez se hace mas difícil sostener con fundamento una ficción sin batallar con las opiniones que vienen de afuera del guión.  A veces se produce una verdadera guerra entre el autor y el resto, cada uno defendiendo su postura y, lo que es peor, dejando el producto de lado. 
9. ¿Cómo te sentís en relación a la finitud del guión, en relación a que es solo un primer paso hacia el producto final?
Que sea el punto de partida no significa que allí muera, al contrario, creo que el guión “nace” en la escritura, se desarrolla en la realización, muere en la emisión y resucita en la venta del formato.  Siempre vi al guión como algo “orgánico”, con vida propia y cuando es bueno, sobrevive a cualquier eventualidad. Muchos directores dicen que con un buen guión se puede hacer una mala película pero con un mal guión no se puede hacer una buena.  Realmente creo que es así. El guión es el esqueleto de ese cuerpo orgánico, el que sostiene todo y si bien es un cuerpo en sí mismo, cuando pasa a la instancia de la realización, se transforma en el esqueleto que los demás van a completar. Sin embargo, el corazón y la cabeza van junto con el esqueleto.  Si un guión no está bien pensado y no late con vida propia, entonces sí muere rápidamente. En ese caso, no hay nada que lamentar. 
10. ¿Cómo se artícula en Argentina, en tu experiencia, la relación entre autor y productor?
Es una relación compleja… casi como un matrimonio y depende de la personalidad de cada uno de los integrantes y también de su deseo de cooperación. Hay productores brillantes que no logran abrirse al autor. Hay autores brillantes que no confían en el productor. En el medio hay mil variables tanto de unos como de otros.  Me gustan los productores “artísticos” mas que los meramente ejecutivos. El productor es quien, tomando el concepto del autor, hace que el programa sea o no original.  Es quien sobre un boceto en blanco y negro, le va a agregando el color para que luego los realizadores (actor, director, editor y musicalizador) le agreguen los brillos y las estocadas finales al cuadro. A veces se hace difícil lograr acuerdos con alguien que se cree mas importante que el resto y esto lo digo incluso por el autor. La televisión, que es lo que conozco, es trabajo en equipo en serio, equipo significa todos para el mismo lado con un objetivo común. Donde uno quiere brillar mas que otro, la cosa se complica.  Para mi productor es aquel que “produce” lo que alguien mas creó. Es el que le da forma al contenido. Un rol tan importante que si es mal llevado, puede ser catastrófico. En Argentina tenemos, a mi criterio, a los mejores productores de Latinoamérica, son buscados en el mundo entero y no es casualidad. Creo que estas mentes brillantes salen a la luz cuando los recursos son escasos y se necesita de ingenio para resolver rápido y barato.  Luego están aquellos productores “comerciales” que se adueñan de todo….. con esos no hay relación posible. 
                                              

La semana próxima: Ernesto Korovsky.

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