EL GUIÓN PERFECTO - /6
Me subí al coche, le di arranque, y ahí la vi: la pequeña cobradora, la guardiana de la caja, aun fumando, parada en la esquina, mirando alternativamente a sus compañeros de trabajo que se alejaban, y a mí. Aceleré y pasé por al lado de ella en mi "huida". Cruzamos miradas. Me di cuenta de que había visto mi conversación con los otros dos, probablemente el intercambio de dinero, y que todo aquello le resultaba sospechoso.
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